Con 13 años y por un “ accidente “ en artes marciales pierdo un diente, por la edad y en los años 90 en España, no es viable hacerme algo definitivo estético, por lo que optan por ponerme una simpática prótesis parcial removible; aquel artilugio provisional formó parte de mi vida bastante tiempo y pensé: a mí me gustaría hacer esto.
Mientras mis compañeros de colegio pensaban en pegar balonazos, yo la verdad es que sorprendentemente ante mis profesores y mis padres, tenía totalmente clarísimo lo que quería hacer con mi vida.
“Papá, Mamá: quiero ser PROTÉSICO DENTAL “. El niño se ha vuelto loco, supongo que es lo que mis padres pensarían, pero como podéis ver ellos fueron los que me apoyaron incondicionalmente. Hijo: ¿Dónde hay que ir y qué es lo que hay que hacer?- Jamás en mi vida podré estarles lo suficientemente agradecido.
Tras trabajar en varios oficios temporales por fin encontré mi primer Laboratorio: Cortés Bergmann, en los años 80 y 90 en Madrid Santiago Cortés fue uno de los laboratorios a los que todo el mundo le hubiese gustado estar, allí caí por suerte y tuve la gran fortuna de que Santiago viese en mí alguien diferente, lleno de ilusión pasé de ser un aprendiz a desear cada día más y más exigirme a mí mismo durante 10 años, lo que me llevó a Aragoneses CPD, donde aprendí a correr, mejor dicho a volar, 7 años donde lo imposible era posible, allí comencé a estar seguro de mi destino y busqué uno de los laboratorios con más estética en Madrid, Emilio Cuadrón en tan solo dos años le dio forma a tanto potencial y terminé de formarme únicamente aprendiendo estética dental.
Desde Diciembre de 2013 Laboratorio Smile cobró forma a raíz de una cena romántica con mi mujer, desde aquel día no he parado en esforzarme en que cada día sea mejor……. Hasta el día de hoy.